Sin querer, las di vuelta.
Quizás porque mi duelo no es habitual (no se trata de una persona, sino de una relación).
Quizás porque yo no soy habitual.
Mi primer mes fue tremendamente triste. Particularmente los dos primeros días, y una noche entremedio. Depresión.
Semanas posteriores, sentí y me autoengañé con que había esperanzas de renacer, del reencuentro, de que se trataba de una pausa (Prenderemos Fuego al Cielo). Negación.
Actualmente, entre el episodio de Netflix e Instagram, pasé a andar enojado, con rabia. No puedo entender por qué lo hiciste, creo que no di motivos, y no cumpliste tu palabra. Enfado.
Lo bueno es que voy avanzando. Ya no siento ni pienso como antes.
Hoy martes no hay terapia, lo cual igual es un alivio, porque puta que cansa.
PD: te he seguido soñando, noches consecutivas, maldita sea.
Actualización 9-jul... ya no hay tanto enfado, qué viene? No siento que la aceptación esté cerca. Te sigo soñando. Te sigo extrañando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario